Barbie no es sólo una muñeca, es un ideal de belleza, un icono, un punto de referencia tanto para mujeres como para hombres. Vivimos según las formas y nos lo creemos. Quiero ser una Barbie, un Ken, transmitir una imagen y hacerla creíble porque vivimos en un mundo de apariencias. Un mundo cada vez más plástico.
Me enamoré de una Barbie al estilo Pocahontas. Del otro lado del océano. Por un momento le creí y caí en su trama. Viví en el más oscuro de los mares profundos. Crucé el mayor de los océanos en pos de una utopía. Tardé en darme cuenta de que yo no era Ken. Yo era una marioneta.
Barbie es una pescadora de hombres y su perdición. Y nosotros la creamos.
“En un mundo Barbie” es un ensayo fotográfico sobre un complemento creado por nosotros para alimentar el imaginario colectivo. Un ideal de belleza y perfección estética, un dictado de la moda, un estilo de vida glamuroso. Perdimos el control y nos vimos superados por nuestra creación. Nos hemos convertido en marionetas, en un teatro de bestias humanas. Llenos de ego, sobreestimamos nuestra importancia. Creímos que podíamos ser dioses y moldear arrogantemente la humanidad sin medir las consecuencias.
Un ensayo fotográfico sobre la superficialidad. ¿Qué alimenta la imaginación y el deseo? ¿Hacia dónde nos dirigimos? Con tanta inteligencia, no somos más que un vehículo de mitos e ideales. Quién sabe, quizá en la próxima etapa seamos sustituidos por Barbie. Con plástico e inteligencia artificial.